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Una clase de 8 semanas 

Ve la clase a tu propio tiempo y a tu ritmo ¡por aproximadamente un año después de inscribirte!

En esta clase de 8 semanas a tu propio ritmo continuaremos nuestra búsqueda para convertirnos en conocedores de la relajación. Perfeccionaremos y profundizaremos el "primer camino" de la Forma Corta Yang. Consta de 15 movimientos y es una práctica completa en sí misma. También exploraremos algunos movimientos adicionales como Manos de Nube. También refinaremos nuestra práctica de Qigong del Ocho Brocado y aprenderemos una secuencia de Qigong completamente nueva y transformadora. Y perfeccionaremos y profundizaremos nuestras meditaciones de pie y caminando.

La meditación de pie, también conocida como Zhan Zhuang, ha sido descrita como el secreto de las artes marciales por muchos practicantes y expertos en la materia y se cree que es la clave para desarrollar una energía interna fuerte, o Qi.

En la meditación a pie Qigong, nos centramos en nuestra respiración y en la sensación de nuestros pies en el suelo. Esta práctica implica dar pasos lentos y deliberados, manteniendo la mente en calma y centrada. Además de los beneficios de la práctica de la meditación qigong de pie, la meditación qigong caminando también proporciona ejercicio físico y mejora la circulación, el equilibrio y la coordinación.

Una de las claves más importantes del Tai Chi es el principio taoísta de que la suavidad vence a la dureza, y sin embargo es una de las más descuidadas cuando se pone en práctica. Aprenderemos a practicar la suavidad en la vida cotidiana, incluso al vestirnos, preparar el desayuno o escribir un correo electrónico. Puede ser extraordinariamente relajante, rejuvenecedor y nutritivo.

Todos los movimientos que se enseñan en esta clase no necesitan equipamiento y pueden realizarse en un espacio muy reducido.

Cuando pienso en el profesor Cheng, me vienen a la mente dos cualidades:  

La primera es su insuperable resplandor, que fue lo que me conquistó en cuanto le vi.  "Madre mía", me dije, "¡yo quiero eso!".

Lo segundo que más recuerdo de él son sus hombros.  Tenía unos hombros increíbles. Si uno puede desarrollar la suavidad, entonces, como dice Lao Tzu, uno puede ser como un niño. Normalmente sólo se ven hombros como los del profesor en niños pequeños.  Sus hombros cuelgan sin ninguna tensión; no hay ni el más mínimo levantamiento.  En algunas fotos aún se ve al profesor Cheng señalando o gesticulando, y la imagen es impactante.  Los hombros cuelgan.  A diferencia del resto de nosotros, cuando sus manos gesticulan, sus hombros no se activan lo más mínimo.  Parecen haber perdido la forma casi universal en que los hombros de la gente reaccionan a lo que hacen las manos.  (Prueba a señalar un reloj colgado en la pared y observa la calidad de tus hombros).

La suave energía del Taichichuan proviene del suelo, brota en las piernas, es dirigida por la cintura; llegando finalmente a un punto en el centro de la espalda desde donde se desplaza hacia el exterior, hacia las manos.  Los hombros no tienen cabida en ese camino, la línea de esta energía no los incluye. Los hombros del profesor Cheng optimizan este flujo de energía al no interferir en su recorrido.

También se me ocurre que su resplandor y sus hombros están relacionados.  Ambos son emanaciones del "No hacer", una comprensión liberadora de que no debemos intentar ejercer un control voluntario de la fuerza vital.  Si podemos relajarnos y dejarnos llevar, fluye a través de nosotros con gran beneficio.

Wolfe Lowenthal, uno de los alumnos de Cheng Man-ch'ing en Nueva York en los años setenta